Mi primer amor ilustrado

No es tan fácil contestar
ni es sencillo de decir,
le temo a tantas cosas…
te temo a ti, por ejemplo
a lo que puedas sentir,
le tengo tanto miedo
a lo que pienses de mí,
miedo a tu mirada
a tus manos, tus labios
miedo a tu piel clara;
le temo a tu corazón
a tu presencia,
a tu esencia…a tu amor.

Pero no pienses mal,
por temerte no te alejo,
te acerco al contrario
porque te enfrento
porque me enfrento;
pero tengo más miedo de mí:
miedo a sonreír
miedo a sentirte
le temo a quererte:
a quererte de más,
temo enamorarme
tengo miedo de amarte,
tengo tanto, tanto miedo,
porque es nuevo
todo esto es nuevo,
nuevo para mí,
nunca antes temí así
nunca sentí esto
nunca antes tuve miedo,
no miedo como ahora;
son nervios creo yo,
el temor a algo nuevo
es nuevo para mí.

El temor a quererte,
a quererte tanto
temor a no ser suficiente
a quedarte mal,
miedo a fallarte,
a no ser para ti
a eso sí le temo,
fallarte me aterra
me detiene, me frena,
a arriesgarme le temo
a no quererte como quiero
a no quererte suficiente
a eso si le temo,
eso si me aterra,
no quererte como digo
que te quiero querer.

Te quiero porque te quiero,
qué más necesitas saber.
¿quiéres un motivo,
saber por qué te quiero?

No sé si lo hay
ni sé la explicación:
yo sé que te quiero
más yo no sé por qué,
no lo necesito,
no tengo que saber.

Yo estoy bien así
sabiendo sin saber,
sabiendo sólo que te quiero
porque te quiero querer.

Intenté ver la Luna
y las estrellas a su lado,
pero no pensaba en nada más
que en tus ojos y tus labios.
Podía ver tu rostro,
y tu brillante sonrisa
mientras el eclipse crecía
y la luz se agotaba;
aunque la oscuridad era total,
tu sonrisa en mi mente
iluminaba el momento,
tu mirada en mi cabeza
encendía mis sentimientos.

Acércate, mira más de cerca, dime qué ves; no hay otra opción.
¿Recuerdas el primer día? Todo fue tan fácil,
pero no fue suficiente, tú querías más
no te conformaste sólo con luz y oscuridad,
dividiste mar y tierra, pero la tierra te parecía triste
y decidiste darle vida, claro fue fácil para ti:
un árbol por aquí, una rosa por allá.
¿y bien, fue suficiente? Siempre quisiste más ¿no?
Más movimientos, más diversión, más vida,
y creaste tantos animales como plantas había en la tierra;
pero al sexto día una gran idea llegó a tu mente,
una gran idea complicada; pero tú lo puedes todo ¿no es así?
Tú lo puedes todo: e hiciste un hombre y una mujer,
con un toque de humildad de tu parte:
crearlos a tu imagen y semejanza.
¿Realmente es así? ¿somos como tú?
Debiste pensarlo dos veces, talvez el barro no es el mejor material
para crear una obra maestra; talvez tantos animales no son necesarios ¿has visto cuántos han desaparecido? Lo mismo digo de las plantas, y así del agua, de la oscuridad, todo desaparece. Pareciera que tu obra maestra no lo fue del todo, pero podría serlo, un segundo intento quizás, volver a empezar, comenzar desde cero nunca estará mal, se un poco más original, cambia algunas cosas ¿has pensado que el hombre pudiera estar de más? Talvez el detalle es la semejanza, somos tan diferentes ¿eres bipolar? Insisto, prueba una vez más, olvídate del odio, del egoísmo, olvídate del rencor, sólo dale amor a tu creación, cariño, alegría, no olvides el placer y la felicidad.
Y Dios, recuerda, el séptimo día procura descansar.

En la esquina superior derecha de mi habitación, justo sobre mi espejo, vive una araña desde hace ya algún tiempo, hace unos meses comenzó a tejer su telaraña, una red perfecta que cubre totalmente aquella esquina. La he visto comer varias veces: hormigas, palomillas, pequeños gusanos e incluso arañas. El procedimiento siempre es el mismo: se esconde tras la parte más tupida de su trampa al ver a cualquier intruso acercarse a esa zona de la pared, cuando la presa está lo bastante cerca empieza a mover ligeramente su red hasta que el insecto, como hipnotizado se adhiere a la telaraña, hasta que se ve atrapada entre los hilos que la astuta araña ha dejado sin terminar de entrelazar; una vez que la victima está entre las hebras, la araña se acerca sigilosa hasta su presa, quien al verla inicia una extenuante e inútil lucha por liberarse. La araña disfruta al ver es espectáculo, pero nunca termina de ver el duelo del insecto, que más tarde devorará.

Pero esta noche fue distinto; al prender la luz en mi cuarto noté que una pequeña sombra jugueteaba alrededor del foco que colgaba del techo, no me preocupé por eso, ni siquiera intenté matarla o sacarla de mi habitación, di por hecho que la araña de aquella esquina superior derecha haría todo el trabajo sucio, apague la luz y traté de dormir pero el constante aleteo de aquella mosca no me permitía conciliar el sueño; gracias a la luz de la luna logré localizar a aquel insecto volador mientras se acercaba muy confiada y sin preocupación a los territorios de mi inquilina, sin pensarlo mucho deseé que la mosca muriera rápidamente, logré ver como la araña seguía su rutina de ataque, se escondió y movió la red, pero la mosca no caía en la trampa, pareciera que la araña perdiese la paciencia pues cada vez movía más rápido la telaraña. Por fin dos hilos alcanzaron las pequeñas alas de la mosca, entre más duro movía la red la araña veía más cercano el momento de cenar. Cuando la mosca se vio a sí misma sin salida, desistió de su lucha y se dio por vencida; la araña se acercó, la miró analizándola, pero se acercó más que de costumbre, la vio con desprecio y preguntó “¿acaso no piensas luchar?—la pequeña mosca no respondió—en ese caso dejaré que mueras aquí, tú sola” Ésta vez la mosca levantó la mirada y observó fijamente a la araña “¿No me comerás—la araña negó con la cabeza—no me matarás tú misma?” Enojada, la araña le arrancó el ala, después de hacer la misma pregunta, y recibir idéntica respuesta arrancó el ala sobrante y sujetando la araña a la mosca de las patas, descendieron hasta el suelo, “Ahora serás el hazme reír de todas las moscas y pasarás lo que te resta de vida avergonzada y sola; desearas haber muerto luchando honorablemente, pero ahora lo harás en el exilio” Y después de decir esto, la araña regresó a su esquina dejando a la mosca a su suerte.

Sólo ábrete....ábreme.

Ábreme el espíritu, ábreme el corazón.

Y penetra, penetra en mi interior.